Los
misterios eleusinos eran ritos de iniciación anuales al culto a las
diosas Deméter y Perséfone que se celebraban en Eleusis, en la antigua
Grecia.
De todos los ritos celebrados en la antigüedad, estos eran considerados
los de mayor importancia.Se cree que los misterios habrían empezado en
torno al 1500 a. C., durante la época micénica. Se celebraron anualmente
durante unos dos mil años.
Había dos tipos de misterios: los misterios menores y los mayores,
separados por un período de tres o cinco años.
Los misterios menores se
celebraban en Agra y los mayores en Eleusis. En los misterios mayores los novicios efectuaban estudios
preparatorios durante unos dos años, para luego ser conducidos a la
epoptia o autopsia; esta última del griego autos, uno mismo, y ops, ver o visión; dando el sentido de "ver por uno mismo" la contemplación de la verdad.
Bajo el gobierno de Pisístrato
de Atenas, los misterios eleusinos llegaron a ser panhelénicos y los
peregrinos acudían en gran número de toda Grecia y más allá para
participar en ellos. El tirano
rodeó la población y el santuario con una gran muralla, reforzada por
torres de defensa. Muchos otros edificios públicos se erigieron luego en
los periodos clásico y romano.
A
partir del año 300 a. C., el estado tomó el control de los misterios,
específicamente controlado por dos familias: Eumólpidas y Kerykes.
Esto provocó un vasto incremento en el número de iniciados. Los únicos
requisitos para participar en los misterios era carecer de «culpas de
sangre», lo que significaba no haber cometido asesinato alguno, y no ser
un bárbaro. Se permitía iniciar a hombres, mujeres e incluso esclavos.
El
emperador romano Teodosio I cerró los santuarios por decreto en 392,
para destruir la resistencia pagana a la imposición del cristianismo
como religión estatal. Los últimos vestigios de los misterios fueron
aniquilados en 396, cuando Alarico I, rey de los godos, realizó una
invasión acompañado por cristianos «en sus oscuras ropas», trayendo con
él el cristianismo arriano y profanando los antiguos ritos sagrados.
El
fin de los misterios eleusinos en el siglo IV d. C. fue narrado por
Eunapio,
un historiador y biógrafo de los filósofos griegos. Eunapio había sido
iniciado por el último hierofante legítimo, a quien el emperador Juliano
le había encargado la restauración de los misterios, que habían caído
en decadencia. El último hierofante fue un usurpador, «el hombre de
Tespiai que ostenta el título de Padre de los misterios de Mitras» como
le llamó Eunapio.
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