domingo, 4 de diciembre de 2016

LOS MISTERIOS DE ELEUSIS

Los misterios eleusinos eran ritos de iniciación anuales al culto a las diosas Deméter y Perséfone que se celebraban en Eleusis, en la antigua Grecia. De todos los ritos celebrados en la antigüedad, estos eran considerados los de mayor importancia.Se cree que los misterios habrían empezado en torno al 1500 a. C., durante la época micénica. Se celebraron anualmente durante unos dos mil años.
Había dos tipos de misterios: los misterios menores y los mayores, separados por un período de tres o cinco años. 

Los misterios menores se celebraban en Agra y los mayores en Eleusis. En los misterios mayores los novicios efectuaban estudios preparatorios durante unos dos años, para luego ser conducidos a la epoptia o autopsia; esta última del griego autos, uno mismo, y ops, ver o visión; dando el sentido de "ver por uno mismo" la contemplación de la verdad.

Bajo el gobierno de Pisístrato de Atenas, los misterios eleusinos llegaron a ser panhelénicos y los peregrinos acudían en gran número de toda Grecia y más allá para participar en ellos. El tirano rodeó la población y el santuario con una gran muralla, reforzada por torres de defensa. Muchos otros edificios públicos se erigieron luego en los periodos clásico y romano.

A partir del año 300 a. C., el estado tomó el control de los misterios, específicamente controlado por dos familias: Eumólpidas y Kerykes. Esto provocó un vasto incremento en el número de iniciados. Los únicos requisitos para participar en los misterios era carecer de «culpas de sangre», lo que significaba no haber cometido asesinato alguno, y no ser un bárbaro. Se permitía iniciar a hombres, mujeres e incluso esclavos.

El emperador romano Teodosio I cerró los santuarios por decreto en 392, para destruir la resistencia pagana a la imposición del cristianismo como religión estatal. Los últimos vestigios de los misterios fueron aniquilados en 396, cuando Alarico I, rey de los godos, realizó una invasión acompañado por cristianos «en sus oscuras ropas», trayendo con él el cristianismo arriano y profanando los antiguos ritos sagrados.

El fin de los misterios eleusinos en el siglo IV d. C. fue narrado por Eunapio, un historiador y biógrafo de los filósofos griegos. Eunapio había sido iniciado por el último hierofante legítimo, a quien el emperador Juliano le había encargado la restauración de los misterios, que habían caído en decadencia. El último hierofante fue un usurpador, «el hombre de Tespiai que ostenta el título de Padre de los misterios de Mitras» como le llamó Eunapio.

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