jueves, 29 de septiembre de 2016

HELENA DE TROYA

Helena, a veces conocida como Helena de Troya o Helena de Esparta, es un personaje de la mitología girega cuyo nombre hace referencia a "luz que brilla en la oscuridad". Era considerada hija de Zeus y pretendida por muchos héroes debido a su gran belleza.


·         NACIMIENTO:

Zeus se transformo en un cisne, sedujo a Leda y yació con ella la misma noche que Tindáreo, esposo de Leda y rey de Esparta. Como consecuencia de ello, Leda puso dos huevos; de uno nacieron Helena y Pólux, ambos inmortales, y del otro Clitemnestra y Cástor mortales, hijos de Tindáreo. De todas maneras, se consideraba a Cástor y Pólux como gemelos y se los conocía como Dioscuros. Otras hermanas de Helena fueron Timandra y Filónoe.
Otra tradición decía que Helena había nacido de la unión de Némesis y Zeus, transformados respectivamente en oca y cisne. El huevo que puso Némesis fue encontrado por un pastor que lo entregó a Leda. Del huevo nació Helena y Leda la cuidó como si fuera su auténtica madre. 

·         BODA CON MENELAO:

Cuando Helena llegó a la edad de casarse, tuvo muchos pretendientes desde todas las partes de Grecia, llamados por la fama de su gran belleza y porque ella y su futuro esposo reinarían en Esparta. Tindáreo, temiendo provocar una guerra entre los pretendientes rechazados, siguió un consejo de Odiseo. A cambio, prometió a este su ayuda para conseguir a su sobrina Penélope como esposa.
El consejo de Odiseo consistía en arrancar a los pretendientes el juramento de acatar la decisión que se adoptase sobre quién sería el esposo de Helena y la obligación de acudir en auxilio del elegido si en algún momento su esposa le fuese seducida o raptada. Una vez realizado el juramento, Tindáreo eligió como marido de Helena a Menelao, hermano de Agamenón, rey de Mecenas, que estaba casado con su otra hija, Clitemnestra. En otras versiones, fue la propia Helena la que eligió a Menelao.
Menelao y Helena tuvieron una hija, Hermione, y según algunos autores, también un hijo, Nícostrato.

·         RAPTO:

La diosa Afrodita había prometido al príncipe troyano Paris el amor de Helena como premio por haber decidido a su favor en el concurso de belleza que la había enfrentado a Hera y Atenea.
Paris fue a Esparta, donde fue recibido por Menelao y Helena. Durante su estancia, Menelao tuvo que viajar a Creta para asistir al funeral por la muerte de su abuelo materno, Catreo.
  Afrodita provocó que Helena se enamorase de Paris, y los amantes huyeron juntos de Esparta con el tesoro de Helena mientras Menelao se encontraba aún en Creta. Se unieron por primera vez en una isla de localización incierta llamada Cránae. Hera les envió una tempestad y, tras pasar por Chipre y Fenicia, llegaron a Troya.    
Otra tradición narra que Paris raptó a Helena y la llevó consigo por la fuerza. Una vez allí, se casó con Helena sin la aprobación popular. El príncipe Héctor en particular reprobó la actitud de su hermano hacia las mujeres y se opuso al matrimonio.

·         GUERRA DE TROYA:

Cuando Menelao regresó y descubrió lo que había ocurrido se puso en contacto con su hermano Agamenón y los monarcas griegos que le habían prometido ayuda. Junto con Odiseo, Menelao viajó hasta Troya, para obligar a los troyanos a que liberasen a su hija, sin conseguirlo. De este modo, los griegos prepararon un poderoso ejército y partieron hacia Troya donde comenzaron un asedio que duró diez años, hasta que consiguieron entrar en el recinto amurallado gracias a la astucia de Odiseo.
Durante toda la guerra Helena fue maldecida por ambos bandos, por el problema que había causado.
Ella misma tenía una sensación extraña sobre lo que estaba sucediendo. En el palacio de Príamo se dedicaba a tejer tapices en los que representaba escenas de la guerra; a veces echaba de menos a Menelao y a su hija, a los que había abandonado. Se llamaba a sí misma “vergüenza” y deseaba haber acabado con su vida antes de haberse dejado seducir por Paris.
En aquel momento su amor por Paris se había enfriado. Cuando Afrodita le pidió que cuidase de él tras una humillante derrota con Menelao, empezó a discutir con la diosa. Helena se negó a compartir su lecho con Paris y Afrodita la amenazó con poner a los griegos y a los troyanos en contra suya. Helena accedió entonces a ir al dormitorio de Paris.
Tiempo después, Paris murió con un flecha lanzada por el griego Filoctetes. De esta manera, Helena se convirtió en esposa de su hermano Deifobo.
Durante la guerra, cuando Odiseo entró en la ciudad disfrazado de pedigüeño, Helena fue la única persona que le reconoció. Le cuidó y no le traicionó, permitiéndole acabar con varios troyanos, porque quería de verdad regresar a Grecia y estaba apenada por haberse dejado engañar de esa manera.

·        EL RETORNO:
Tras la caída de Troya, Menelao regresó a casa después de vagar por diversos lugares durante un tiempo. Se había reconciliado con Helena y la pareja vivía en paz como si nada hubiese ocurrido. Cuando Telémaco, hijo de Odiseo, les buscó en Esparta para saber sobre el destino de su padre, Helena quedó sorprendida por el gran parecido entre el padre y el hijo. Ella aún conservaba su belleza, y mezcló una pócima estimulante que vertió en el vino del joven mientras le contaba cómo había ayudado a su padre durante su misión en Troya. Fue así como Menelao comprobó la otra faceta de su carácter y recordó cómo, tras haber introducido el caballo de madera en la ciudad, Helena y su marido Deifobo habían intentado que los griegos se introdujesen en él llamándoles por su nombre mientras imitaban las voces de su esposas. Menelao y Helena vivieron felices de ahí en adelante.




















jueves, 22 de septiembre de 2016

EL MITO DE ARIADNA

Ariadna, hija del rey Minos y Pasifae de Creta. Su padre tenía en un laberinto al minotauro, a quien había que alimentar con gente ateniense cada nueve años. La tercera vez que los atenienses debían pagar su tributo, Teseo, hijo de Egeo, el rey de Atenas, se ofrece a ir y matar al minotauro. El problema era que el minotauro vivía en un laberinto del que no se podía escapar.
La hija de Minos, Ariadna vio a Teseo y se enamoró de él, por lo que decidió ayudarlo con la condición de que se casara con ella y se la llevara lejos de su temible padre. Teseo aceptó, y así fue como Ariadna le regaló un ovillo para que una vez en el laberinto, fuera desenrrollándolo y pudiera servirle de guía al regreso e indicarle el camino de regreso.Cuando Minos supo que Teseo había matado al minotauro montó en cólera por lo que Teseo tuvo que apresurarse en la huída en la que lo acompañó Ariadna. Pero ella nunca llegó a ver la tierra de Teseo, Atenas, pues en una escala que él hizo en la isla de Naxos, la abandonó dormida en la orilla.
Hay muchas versiones de esta traición y se han hecho un sinnúmero de hipótesis. Se ha dicho que Teseo dejó a Ariadna en la playa porque estaba enamorado de otra mujer, también que fue por orden de los dioses, o sino que mientras ella se encontraba en la playa recuperándose de un mareo, él regresó al barco, y este sarpó impulsado por un misterioso viento.
Pero, Ariadna no se amilanó mucho y olvidó sus penas de amor con el dios Dionisio, quien se había enamorado profundamente de ella. Se casó con ella y la llevó al Olimpo. Como regalo de bodas le dio una diadema de oro que hizo Hefesto y que luego se convirtió en constelación.Sus hijos con Dionisio fueron Toante, Estásfilo, Enopión y Pepareto.
Su muerte es objeto de varias versiones pues hay quienes dicen que Artemisa la mató, cumpliendo órdenes de Dionisio. Pero también hay quienes opinan que ella murió en la isla de Naxos, donde Teseo la había abandonado cuando ella dio a luz.
Teseo llegó a Atenas y al no canviar las velas negra, síbolo de luto, por las blancas, símbolo de haber matado al Centauro, su padre al ver las velas negra pensó que su hijo havía muerto al luchar, entonces se lanzo al mar y murió, y dio a nombre al mar Egeo.

martes, 20 de septiembre de 2016

HISTÓRIA DE ROMA

1.1. História interna y externa

En la história de la propia ciudad, se la refierer com república o ciudad d'estado, desde el momento de su fundación al siglo VIII aC, hasta la desaparición del Imperio romano Occidental, treze siglos después.
El sistema de govierno, las instituciones políticas y las leyes las van regular en lo que se anomena história interna. Los acontecimientos generados por la relación de Roma con otros pueblos, anomenada história externa. Incluso si los dos aspectos estan bien diferenciados, los acontecimientos que se produen tanto en uno y en el otro se influen mutuámente.

1.2. Etapas  de la história de Roma

La división tradicional de la história de Roma en épocas se hace teniendo en cuenta la evolución de su régimen político(história interna). 
  • Época de la Monarquia: desde la fundación de Rokma (753 aC), hasta la expulsión del último rey (509 aC).
           - Períodolatín-sabino: regnado de los cuatro primeros reyes (siglos VIII-VII aC).          
           - Período estrusco: regnado  de los tres últimons reyes (siglos VI aC).
  • Época de la República: desde el año 509 hasta el 27 aC, en que Octavi August es reconocido, como el primer emperador.
           - Período de democraticazión (hasta al siglo III aC).
           - Período de oligarquía (siglos II-I ac).
  • Época de el Imperio: desde el año 27 aC hasta al 476 dC, en que fue depuesto por el último emperador romano.
           - Período del Principado o Alto Imperio (silgos I aC-III dC).
           - Período del Dominante o Bajo Imperio (silgos III-V dC).

1.3 Fases de la expansión de el Imperio romano

Desde el punto de vista de la história externa, se distingue cinco fases.
  1. Sometimiento de Laci, inciant en la época monárquica y culminante a comienzos de la República (siglos V aC).
  2. Dominio sobre Italia (siglos V-III aC).
  3. Conquista de los países de la costa mediterránea (siglos II-I aC).
  4. Expansión hacía el centro de Europa y de Oriente Medio (siglos I-II dC).
  5. División del Imperio y ocupación progressiva de la parte occidental por los pueblos bárbaros hasta que se fragmenta definitivamente (siglos III-V dC).

Resultat d'imatges de historia interna externa de roma

lunes, 19 de septiembre de 2016

AMORES DESGRACIADOS

Apolo y Dafne:


Apolo y Dafne es un relato perteneciente a la mitología griega que a través del tiempo ha sido narrado por autores helenísticos y romanos en forma de viñeta literaria. 
Apolo, dios de las artes y de la música, fue maldecido por el joven Eros después de que se burlase de este por jugar con una arco y una flecha.
El enfadado Eros tomó dos flechas, una de oro y otra de plomo. La de oro incitaba el amor, la de plomo incitaba el odio. Con la flecha de plomo disparó a la ninfa Dafne y con la de oro disparó a Apolo en el corazón. Apolo se inflamó de pasión por Dafne y en cambio ella lo aborreció. En el pasado Dafne había rechazado a muchos amantes potenciales y a cambio había demostrado preferencia por la caza y por explorar los bosques. Su padre, Ladón, le pidió que contrajera matrimonio para que así le diese nietos. Sin embargo, rogó a su padre que la dejase soltera, como la hermana gemela de Apolo, Artemisa. A pesar de esto, Peneo le advirtió que era demasiado hermosa como para mantener por siempre lejos a todos sus pretendientes.
Apolo continuamente la persiguió, rogándole que se quedara con él, pero la ninfa siguió huyendo hasta que los dioses intervinieron y ayudaron a que Apolo la alcanzara. En vista de que Apolo la atraparía, Dafne invocó a su padre. De repente, su piel se convirtió en corteza de árbol, su cabello en hojas y sus brazos en ramas. Dejó de correr ya que sus pies se enraizaron en la tierra. Apolo abrazó las ramas, pero incluso éstas se redujeron y contrajeron. Como ya no la podía tomar como esposa, le prometió que la amaría eternamente como su árbol y que sus ramas coronarían las cabezas de los héroes. Apolo empleó sus poderes de eterna juventud e inmortalidad para que siempre estuviera verde.



Apolo y Jacinto:





El más joven de los hijos de Amiclas, rey de Laconia, era Jacinto. Febo Apolo vio al apuesto muchacho y sintió por él una profunda atracción; incluso llegó a pensar en elevarle al Olimpo con el fin de tenerle a su lado para toda la eternidad. Pero un aciago destino se opuso a aquella deseo del ser mortal y lo arrebató a la vida cuando era todavía un delicado adolescente.
Apolo dejaba con frecuencia la sagrada Delfos para ir a so­lazarse, en compañía de su favorito, en las orillas del Eurotas, junto a la abierta ciudad de Esparta. Entregado a alegres jue­gos, olvidandose de la lira y el arco, y no deseaba lanzarse a cazar con Jacinto por las abruptas alturas del Taigeto. Un día, a la hora meridiana, cuando el sol enviaba verticalmente sus abrasadores rayos, se untaron el cuerpo con aceite y se entrega­ron al ejercicio del lanzamiento del disco. Apolo fue el primero en levantar el pesado redondel; lo balanceó con el brazo y lo arrojó al aire con tanta fuerza que desgarró una nube del cielo. Transcurrió  un largo tiempo antes de que el redondo metal cayera de nuevo al suelo. Ansioso de imitar al divino maestro, el mu­chacho se precipitó a recoger el disco antes de que terminara su caída; y el disco, rebotando de un fondo de rocas, fue a dar en el rostro del mozo. Tan pálido como el herido, acudió Apolo a toda prisa y levantó en brazos a la víctima ya insensible. Trató de reanimar los miembros débiles, de restañar la sangre que ma­naba de la terrible herida, de aplicar hierbas salutíferas que re­tuviesen el alma que se escapaba, pero todo en vano. Como la delicada flor que. quebrada, deja caer de pronto la marchita corola, así también la cabeza del pobre niño, desfallecida y lán­guida, se inclinó sobre el pecho del dios.
Del torrente de sangre que teñía de rojo la hierba, brotó una flor de sombrío brillo como la púrpura de Tiro; de un tallo salieron numerosas flores en forma de lirio y cada una llevaba grabado en sus hojuelas, con escritura bien visible, el suspiro del dios, «¡ai, ai!». Por eso ahora viene con la primavera la flor que lleva el nombre del favorito de los dio­ses y, como aquél, muere pronto, símbolo de la caducidad de todo lo bello sobre la Tierra. Pero en Laconia se celebraba todos los años, a la entrada del verano, un gran festival en honor de Jacinto y de su divino amigo, las Jacintias, en el cual se reme­moraba melancólicamente la prematura muerte del muchacho, y a la vez se celebraba su divinización.