Helena, a
veces conocida como Helena de Troya o Helena de Esparta, es un personaje de la
mitología girega cuyo nombre hace referencia a "luz que brilla en la
oscuridad". Era considerada hija de Zeus y pretendida por muchos héroes
debido a su gran belleza.
·
NACIMIENTO:
Zeus se
transformo en un cisne, sedujo a Leda y yació con ella la misma noche que
Tindáreo, esposo de Leda y rey de Esparta. Como consecuencia de ello, Leda puso
dos huevos; de uno nacieron Helena y Pólux, ambos inmortales, y del otro
Clitemnestra y Cástor mortales, hijos de Tindáreo. De todas maneras, se
consideraba a Cástor y Pólux como gemelos y se los conocía como Dioscuros.
Otras hermanas de Helena fueron Timandra y Filónoe.
Otra
tradición decía que Helena había nacido de la unión de Némesis y Zeus,
transformados respectivamente en oca y cisne. El huevo que puso Némesis fue
encontrado por un pastor que lo entregó a Leda. Del huevo nació Helena y Leda
la cuidó como si fuera su auténtica madre.
·
BODA
CON MENELAO:
Cuando
Helena llegó a la edad de casarse, tuvo muchos pretendientes desde todas las
partes de Grecia, llamados por la fama de su gran belleza y porque ella y su
futuro esposo reinarían en Esparta. Tindáreo, temiendo provocar una guerra
entre los pretendientes rechazados, siguió un consejo de Odiseo. A cambio,
prometió a este su ayuda para conseguir a su sobrina Penélope como esposa.
El consejo
de Odiseo consistía en arrancar a los pretendientes el juramento de acatar la decisión
que se adoptase sobre quién sería el esposo de Helena y la obligación de acudir
en auxilio del elegido si en algún momento su esposa le fuese seducida o
raptada. Una vez realizado el juramento, Tindáreo eligió como marido de Helena
a Menelao, hermano de Agamenón, rey de Mecenas, que estaba casado con su otra
hija, Clitemnestra. En otras versiones, fue la propia Helena la que eligió a
Menelao.
Menelao y
Helena tuvieron una hija, Hermione, y según algunos autores, también un
hijo, Nícostrato.
La diosa
Afrodita había prometido al príncipe troyano Paris el amor de Helena como
premio por haber decidido a su favor en el concurso de belleza que la había
enfrentado a Hera y Atenea.
Paris fue a
Esparta, donde fue recibido por Menelao y Helena. Durante su estancia, Menelao
tuvo que viajar a Creta para asistir al funeral por la muerte de su abuelo
materno, Catreo.
Afrodita provocó que Helena se enamorase de Paris, y los amantes huyeron juntos
de Esparta con el tesoro de Helena mientras Menelao se encontraba aún en Creta.
Se unieron por primera vez en una isla de localización incierta llamada Cránae.
Hera les envió una tempestad y, tras pasar por Chipre y Fenicia, llegaron a
Troya.
Otra
tradición narra que Paris raptó a Helena y la llevó consigo por la fuerza. Una
vez allí, se casó con Helena sin la aprobación popular. El príncipe Héctor en
particular reprobó la actitud de su hermano hacia las mujeres y se opuso al
matrimonio.
·
GUERRA DE TROYA:
Cuando Menelao regresó y descubrió lo que
había ocurrido se puso en contacto con su hermano Agamenón y los monarcas
griegos que le habían prometido ayuda. Junto con Odiseo, Menelao viajó hasta
Troya, para obligar a los troyanos a que liberasen a su hija, sin conseguirlo.
De este modo, los griegos prepararon un poderoso ejército y partieron hacia
Troya donde comenzaron un asedio que duró diez años, hasta que consiguieron
entrar en el recinto amurallado gracias a la astucia de Odiseo.
Durante toda la guerra Helena fue
maldecida por ambos bandos, por el problema que había causado.
Ella misma tenía una sensación extraña
sobre lo que estaba sucediendo. En el palacio de Príamo se dedicaba a tejer
tapices en los que representaba escenas de la guerra; a veces echaba de menos a
Menelao y a su hija, a los que había abandonado. Se llamaba a sí misma
“vergüenza” y deseaba haber acabado con su vida antes de haberse dejado seducir
por Paris.
En aquel momento su amor por Paris se
había enfriado. Cuando Afrodita le pidió que cuidase de él tras una humillante
derrota con Menelao, empezó a discutir con la diosa. Helena se negó a compartir
su lecho con Paris y Afrodita la amenazó con poner a los griegos y a los
troyanos en contra suya. Helena accedió entonces a ir al dormitorio de Paris.
Tiempo después, Paris murió con un flecha
lanzada por el griego Filoctetes. De esta manera, Helena se convirtió en esposa
de su hermano Deifobo.
Durante la guerra, cuando Odiseo entró en
la ciudad disfrazado de pedigüeño, Helena fue la única persona que le
reconoció. Le cuidó y no le traicionó, permitiéndole acabar con varios
troyanos, porque quería de verdad regresar a Grecia y estaba apenada por
haberse dejado engañar de esa manera.
·
EL RETORNO:
Tras la caída de Troya, Menelao regresó a casa después de
vagar por diversos lugares durante un tiempo. Se había reconciliado con Helena
y la pareja vivía en paz como si nada hubiese ocurrido. Cuando Telémaco, hijo
de Odiseo, les buscó en Esparta para saber sobre el destino de su padre, Helena
quedó sorprendida por el gran parecido entre el padre y el hijo. Ella aún
conservaba su belleza, y mezcló una pócima estimulante que vertió en el vino
del joven mientras le contaba cómo había ayudado a su padre durante su misión
en Troya. Fue así como Menelao comprobó la otra faceta de su carácter y recordó
cómo, tras haber introducido el caballo de madera en la ciudad, Helena y su
marido Deifobo habían intentado que los griegos se introdujesen en él
llamándoles por su nombre mientras imitaban las voces de su esposas. Menelao y
Helena vivieron felices de ahí en adelante.